San Miguel el Alto ha
sido a lo largo del tiempo una provincia caracterizada por su belleza, entre
otras cosas, dada la peculiaridad de su cantera rosa. A continuación, tocamos puntos que nos
parecieron interesantes de un comunicado de Archivo Histórico Municipal que se
envía en 1959 con los principales datos turísticos de la cabecera y del
municipio, esto al entonces director de Turismo de Guadalajara, C. Óscar de la
Torre Padilla.
Para empezar, a propósito
de la llegada de temperaturas más frescas con el arribo de noviembre, nos llamó
la atención que se reporta que el clima predominante de nuestro terruño en
aquella época era frío.
Son de notarse los
cambios tan drásticos que nuestra ahora ciudad presentaba hace ya más de 6
décadas pues los únicos restaurantes de los cuales se hace mención son, según
se señala, uno ubicado en la plaza principal en el portal Zaragoza # 37 y otro
también en la plaza en el portal Juárez #32.
Los lugares de
recreación citados en el documento son uno localizado en la última casa de la
calle Macías, del cual se apunta contaba con merendero y como estaba junto al
río, disponía de 2 lanchas para remar, además de un jardín. Asimismo, se expresa había otro punto de
paseo por la entonces calle Centenario, el cual se encontraba poblado de pasto
verde con varios arbustos de ornato que se visitaba para meriendas y días de
campo, y finalmente se anota figuraba La Cieneguita, que por su aspecto
pintoresco se utilizaba para la reunión familiar y entre amigos.
En cuanto a los
hoteles y casas de asistencia se hallan el Hotel Martínez, el Hotel San Miguel y la casa de asistencia Lomelí. Ahora bien, se expone que la plaza de toros
estaba totalmente construida y se improvisaba para palenque de gallos.
Con respecto a las
fiestas se comenta que las más importantes son las del 29 de septiembre con bailes,
carreras de caballos, peleas de gallos y corridas de toros en las que se dice,
participaban los mejores matadores del país.
Finalmente, se
manifiesta que había cantidad de labores de tejido de aguja a mano, a base de
lino como de telas más corrientes, que consistían en sábanas y cafeteros,
además de que el documento narra existían 3 fábricas de cajeta de leche y
natilla y una inagotable fuente de cantera.