Continuando con la historia de José Antonio Casillas recordemos que su trabajo social en la comunidad campesina de Bodegas de Totoltepec, del municipio de San Andrés Tuxtla era grande y llamó la atención y fue denunciado con el ejército como gente de Lucio Cabañas, pero el obispo y vecinos lo defendieron. Después fue invitado a Ajijic, Jalisco a invitación de un grupo de sacerdotes ex compañeros de él, para promover la concientización sobre la dimensión social de la fe. Después se fue a Poncitlan, Jalisco. Allí realizó una amplia gama de actividades relacionadas con la salud, educación popular y el acompañamiento a campesinos. Pero un buen día, a mediados de los ochentas, manifestó su deseo de regresar a Chiapas para poner en marcha, junto con el doctor Gómez Alfaro, un hospital comunitario en la selva de Margaritas, pero otros se les adelantaron. De todos modos tomó la decisión de quedarse en Chiapas y escogió la ciudad de Margaritas, como un lugar estratégico para poder observar el movimiento que se estaba gestando en la selva lacandona. Organizó un teatro popular, que llegó a tener una incidencia notable en la población local. Realizo un amplio trabajo de alfabetización utilizando el método paulo Freire, así se convirtió en un auténtico intelectual orgánico al servicio de las clases populares. Acompañó y asesoró a Las Comunidades Eclesiales de Base, apoyo a las comunidades de base Zapatista y lucho para el control y domesticación de su enfermedad. El Parkinson. Además del español, hablaba francés, latín y griego, las leguas mayas las entendía, sobre todo el Tojolabal, Tsotsil, Tseltal. Tojolabal se habla muy poco en la actualidad, solo en la región de las Margaritas. Cuando el campo Chiapaneco es sacudido por la insurrección zapatista en el año de 1994. José Antonio Casillas Moreno y el colectivo de educación popular Ceiba se suma en apoyo a los zapatistas, ganándose con esto los rumores y las dudas de que si él era ¨el Comandante Marcos¨ ya que su físico, habilidades y trabajo, todo encajaba.