En el año de 1914 se
envía este telegrama al presidente municipal de San Miguel el Alto para hacer
de su conocimiento que toda persona que deseé transitar por el territorio del Estado
deberá llevar consigo un salvoconducto y que este mismo sea expedido por una
autoridad municipal o militar ya que, en caso de no hacerlo así, se corre el
riesgo de ser considerado como sospechoso y enemigo del orden.
Pequeños legajos de nuestra historia