A 28 años de su
muerte, quisimos recordar un ejemplo de humildad, obediencia, honestidad, paciencia,
perseverancia, y muchas cualidades más que pueden definir a este pastor, que
más que cuidar de sus ovejas, vivió por ellas.
ATANASIO TORRES
NAVARRO
Padre Tachito
1887-1978
Llega a la vicaría de San José de los Reynoso
en el año de 1933, permaneciendo treinta y ocho años como sacerdote del lugar y
sus últimos siete años decidió continuar viviendo en el mismo lugar a pesar de
la insistencia en que se mudara a San Juan de los Lagos, esto debido al gran
cariño que tuvo por estas tierras y sobre todo por su gente.
Miles de anécdotas aún permanecen en la
memoria de las personas que lo conocieron y en aquellas que aún sin conocerlo
le guardan un profundo cariño y no dejan de invocarlo en sus tribulaciones.
Se pueden narrar varias anécdotas que
destacan en la vida de este ejemplo de ser humano, amigo y sacerdote, son
incontables sus enseñanzas y ejemplos de amor y humildad.
Cuando la comunidad de San José de los
Reynoso aún no contaba con el servicio de luz eléctrica, se hicieron las
gestiones necesarias para poder hacer llegar esta mejora a lo habitantes,
después de varios esfuerzos por fin tenían instalado el servicio solo hacía
falta hacer la conexión y para esto se debía pagar la cantidad de $8000.00
pesos; el Padre Tachito, como siempre preocupado por el bien de los demás,
acude a la tienda del Señor Pedro Loza, quien era una de las personas
involucradas en el tema, y le pregunta; “Pedro, ¿Qué hace falta para que
tengamos la luz eléctrica en el pueblo? a lo que le contesta Don Pedro Loza, “pagar
padre, tenemos que pagar la cantidad de ocho mil pesos”. ¿Y cuánto tienes?
Pregunta el padre. “Alrededor de dos mil pesos” le responde. “Cuando cierres la
tienda vas a mí casa”. “Vamos a ver que se puede hacer”. Le pidió el Padre. Así
lo hizo Don Pedro y al llegar a la casa del Padre Tacho, éste se sentó
tranquilamente frente a una sencilla mesa, tomo un libro y lo comenzó a hojear
lentamente, se detenía para sacar un billete de una de las páginas y
continuaba, Don Pedro observaba lo que hacía el padre y su asombro iba en aumento, se
preguntaba como tenía billetes en ese libro que, sabía, solo guardaba en él
cantidades muy pequeñas de dinero que recibía de misas y algunos servicios que
pocas veces cobraba, al principio seguía pensando que sería en vano su
esfuerzo, nunca conseguiría alcanzar la cantidad requerida, pero la
denominación de los billetes iba en aumento y poco a poco la cantidad necesaria
se alcanzaba y al momento de obtener
seis mil pesos el Padre Tacho tranquilamente volvió a cerrar su libro y
fijo su mirada en la cara sorprendida de Don Pedro y le dice. ¿Cuándo te vas a
entregar este dinero?, “Mañana mismo”, le contesta Don Pedro aún sin creer lo
que había presenciado.
Al otro día entrega el dinero el Señor Pedro
Loza en la ciudad de Guadalajara como se lo pidió el Padre Tacho y a los pocos
días la comunidad de San José de los Reynoso por fin pudo tener acceso a la Luz
Eléctrica, esto en el año de 1964 y gracias a la generosa ayuda del Padre Tacho.
Un 03 de abril de 1978 se detiene su historia
en este pueblo que con tanto amor dijo Adiós al más querido de sus habitantes,
aquel que enseño con el ejemplo y predico con el amor y la verdad, aquel que a
pesar de sus enfermedades seguía realizando sus labores sin importar el dolor o
las recomendaciones médicas, aquel que se hizo igual a los niños en todo, aquel
que prefería reírse de sus penas y dolores, aquel que era capaz de viajar a
caballo largos tramos sin importar el clima ni su deteriorada salud, aquel que
se entregó a su fe, aquel que siempre dio testimonio de su palabra, que sirvió
a todo el que acudía en su ayuda.
Ese ejemplo de humildad y de servicio
queremos hoy recordarlo y guardar en nuestra memoria un poco de su recuerdo que viva en nuestro corazón.
Archivo Histórico Municipal
San Miguel el Alto, Jalisco
07 de abril del 2016